Después de haber escogido la vía, el escalador comprueba que la longitud de la cuerda es la adecuada. También comprueba que no hay una gran diferencia de peso con su asegurador. Antes de empezar, asegurador y escalador realizan una comprobación mutua del equipo: el Partner Check.

Colocación del sistema de aseguramiento:

• cuerda en el sentido correcto (prueba de funcionamiento del aparato),

• mosquetón conectado al lugar correcto del arnés,

• mosquetón bloqueado.

Arnés:

• cinturón del arnés por encima de las caderas,

• arnés ajustado cerca del cuerpo.

Nudo de encordamiento:

• encordamiento en el lugar correcto del arnés,

• nudo correcto,

• nudo terminado y apretado.

Cuerda:

• presencia de un nudo en la punta de la cuerda.

El porteo permite limitar las consecuencias de una caída del escalador en los primeros metros de escalada, antes de que haya mosquetoneado el primer punto de seguridad. Portear no sirve para retener al escalador, pero permite evitar las consecuencias de una mala caída: se trata de guiar la caída para que el escalador aterrice correctamente en el lugar adecuado y no bascule hacia atrás.

La acción del porteador se debe adecuar a la altura y a la estatura del escalador. Generalmente las manos del porteador se colocan a la altura de la pelvis y de la parte superior de la espalda del escalador, que son los puntos claves para su seguridad. 

El asegurador debe portear hasta el mosquetoneo del primer punto de seguridad. Durante esta fase, la cuerda y el aparato para asegurar ya están instalados, con suficiente comba de cuerda para que el escalador pueda mosquetonear el primer punto.

A partir del mosquetoneo del primer punto, el asegurador adopta de nuevo su posición normal para asegurar. 

Para limitar el riesgo de caída al suelo:

El asegurador debe colocarse bastante cerca de la pared para que haya la mínima cuerda posible entre él y el escalador.

Para evitar la colisión en caso de caída:

El asegurador debe visualizar bien la trayectoria de la vía para evitar encontrarse por debajo del escalador. Colocar la cuerda para que no moleste al escalador. Como el asegurador se encuentra cerca de la pared y cerca del escalador, suele suceder que la cuerda se encuentra entre los pies del escalador o le molesta para el siguiente mosquetoneo. Al estar móvil y activo, el asegurador puede facilitar enormemente las cosas en este momento.

 Para más información: consulte el consejo técnico Gestualidad universal para utilizar correctamente un aparato para asegurar.

Esta posición de las manos es válida sea cual sea el aparato utilizado: tubo, GRIGRI, REVERSO...

La mano nunca debe soltar la cuerda lado frenado.

El rol del asegurador no se limita a dar cuerda rápidamente y en el momento oportuno. Al permanecer concentrado en el escalador, el asegurador puede ver los momentos de tensión que requieren la máxima precisión y capacidad de reacción (mosquetoneo, movimiento difícil o aleatorio, fatiga o nerviosismo precedente a una caída...). 

La movilidad es una muy buena forma de acompañar los movimientos rápidos del escalador.

Acérquese a la pared en el momento del mosquetoneo y, después, vuelva a su posición inicial. 

La distancia entre el asegurador y la pared varía según las configuraciones, pero pocas situaciones justifican estar a más de 2 metros de la pared. 

En caso de caída, sujete firmemente la cuerda lado frenado, y al mismo tiempo tire de ella hacia abajo. Independientemente del aparato utilizado, es la acción de agarrar la cuerda lado frenado con la mano la que aumentará el rozamiento de la cuerda en el aparato, y permitirá la detención de la caída.

Atención, ¡no agarre la cuerda lado escalador! Nunca suelte la cuerda lado frenado.

Entrénese en detener caídas en diferentes situaciones, o fórmese con un profesional. Para un aseguramiento dinámico: dé un salto o un paso hacia delante para amortiguar la caída del escalador.

Un buen asegurador es capaz de hacer mucho más que detener una caída: sabe dinamizar cuando es necesario o detener más bruscamente si hay que evitar una colisión del escalador con un obstáculo (suelo, repisa, otro escalador...). En el momento de la caída no disponemos de tiempo para decidir si debemos dinamizar o no. Por lo tanto, es necesario en todo momento prever la posibilidad de una caída y de prepararse para detenerla.

A continuación los puntos esenciales a evaluar (lista no exhaustiva):

• Altura de la caída potencial y violencia de la caída (si el escalador está lejos del último punto de seguridad o desplazado del eje de los puntos...).

• Riesgo de colisión contra un obstáculo durante la caída y espacio disponible para dinamizar.

• Problemática de una caída larga en un desplome, si el escalador necesita volver a la roca para continuar la vía.

• Zona de recepción para el asegurador si debe dinamizar: será proyectado contra la pared y, por tanto, debe disponer de una zona limpia, no estar descalzo, no tener nudos en la cuerda...

La comunicación debe permitir a los dos compañeros no verse sorprendidos por los movimientos del otro, para evitar cualquier error. No sirve de nada hacer largos discursos, es mejor haber acordado previamente los términos utilizados, por ejemplo, ok", "voy", "sujétame", "empiezo"...

Cuando el escalador está listo para descender, después de la señal acordada, se deja llevar por la cuerda y no tiene ninguna forma de controlar el descenso. Toda la responsabilidad de esta maniobra recae en el asegurador, que tiene la vida del escalador en sus manos.

Las técnicas para descolgar a una persona con los aparatos tipo REVERSO y los aparatos tipo GRIGRI son diferentes. Pero en cualquier caso, hay un punto común universal: es la mano lado frenado la que controla la circulación de la cuerda.